FOTOPROTECCIÓN

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FOTOPROTECCIÓN

El cáncer cutáneo melanoma y no melanoma ha aumentado su frecuencia significativamente en los últimos años y en la actualidad se detectan tumores en pacientes cada vez más jóvenes y en etapas más avanzadas. Debido a esto la prevención es un gran desafío para los dermatólogos y médicos en general.

El pilar principal de la prevención consiste en la fotoeducación, promocionando modificaciones de hábitos y conductas de la población respecto del sol y la intervención directa recomendando el uso de ropa adecuada, sombreros, uso de fotoprotectores tópicos de calidad y eficacia comprobada. Es de suma importancia identificar los grupos de riesgo:piel blanca, cabellos rubios o rojizos y ojos claros , edad y sexo: adultos mayores, con ligero predominio por el sexo masculino Fototipo de piel I – II, piel con daño actínico, antecedentes familiares de melanoma historia personal de melanoma u otros cánceres cutáneos no melanoma, múltiples nevos melanocíticos, nevos con trastornos de la arquitectura (nevos displásicos o atípicos), nevo melanocítico congénito, especialmente los de gran tamaño, fotosensibilidad con tendencia a formar efélides, dificultad para broncearse, haber recibido exposiciones solares intensas de tipo intermitente, fotoprotección inadecuada, antecedentes de quemaduras solares, especialmente durante la niñez y la adolescencia, tratamientos fototerápicos previos (PUVA, UVB, etc.), uso frecuente de gabinetes de bronceado (“camas solares”), padecer de genodermatosis con potencial carcinogénico (xeroderma pigmentoso) o poseer otras dermatosis marcadoras (síndrome del nevo displásico) o precursoras de melanoma (nevo azul celular, nevo de Ota, nevo spilus gigante), inmunosupresión, HACRE, exposición a hidrocarburos aromáticos policíclicos, ulceras crónicas y cicatrices anormales, traumatismos e irritaciones crónicas. El mecanismo de acción de las RUV se produce, por daño directo sobre el ADN, con formación de dímeros de timina (CC TT) y 6-4 fotoproductos, por daño indirecto del ADN (vía oxidativa y producción de 6-8 hidroxiguanina) y por inmunosupresión local y sistémica. Existen dos tipos de radiaciones ultravioleta que llegan hasta la superficie de la piel, las B (UVB) caracterizadas por una longitud de onda entre 290 y 320 nm y las A (UVA) con una longitud de onda entre 320 y 400 nm. Las UVB son las radiaciones de mayor energía, pero penetran poco en la piel. Son responsables del eritema o enrojecimiento y desencadenan el proceso del verdadero bronceado. Las UVA poseen menor energía, pero penetran más profundamente en la piel, son responsables de la aparición de la pigmentación inmediata, juegan un papel esencial en el desencadenamiento de las alergias solares, de las reacciones fototóxicas y a largo plazo del fotoenvejecimiento de la piel. Los fotoprotectores tópicos constituyen el elemento indispensable para lograr reducir la cantidad de RUV que penetra y daña la piel a través de los años. Las propiedades de un fotoprotector ideal son las siguientes: proteger la piel contra los RUV B y A (protección de amplio espectro), bloquear la mayor proporción posible de RUV (FPS 30 o mayor y PPD no menor de 10), ser fotoestable para conservar su capacidad de absorber las RUV, ser resistente a su eliminación de la superficie de la piel por efecto del agua, tener capacidad filtrante en la fase acuosa y aceitosa de la formulación, lo que garantiza una protección homogénea, ser cosméticamente aceptable para lograr la aceptación del uso por parte de la comunidad y no ser tóxico, irritante ni sensibilizante. La cobertura de amplio espectro UVB-UVA, la fotoestabilidad, la sustantividad (adherencia a la piel) y la forma de aplicación de un protector solar son propiedades y hábitos insoslayables que hacen a la eficacia de la protección deseada. Existen dos tipos de filtros solares que actúan de manera diferente, los filtros físicos y los químicos. Los filtros químicos contienen en su fórmula avobenzona, oxibenzona y octinoxato, los cuales son absorbidos en la piel y se encargan de convertir la radiación UV en energía de calor y de esta manera liberarlos de la piel sin causar daño. Estos son cosméticamente muy bien aceptados y son más resistentes al agua y sudor, como rasgo negativo son más irritantes en pieles sensibles y son efectivos luego de 20 minutos de su aplicación. Los filtros físicos actúan como una pantalla en la piel para devolver los rayos UV lejos de la misma sin que estos logren absorberse en la piel. Son filtros compuestos de ingredientes minerales como el óxido de zinc y dióxido de titanio. Tienen menos riesgo de causar irritación de la piel y prácticamente no se absorben. No tienen que ser aplicados con antelación porque actúan inmediatamente al colocarlos.

Otros factores a tener en cuenta ante la exposición solar son: la hora del día (la radiación solar es máxima entre las 12 h., y las 16 h.), la altitud (el riesgo de quemaduras se incrementa con la altura. Cada 300 m, aumenta un 4% el poder eritemático de las radiaciones ultravioletas), el lugar geográfico (la radiación solar es más intensa cerca del Ecuador puesto que incide verticalmente sobre la tierra), la estación del año (en verano la radiación solar nos llega con toda su energía), presencia de agua, nieve o arena (reflejan las radiaciones haciendo que se sumen sus efectos al incidir directamente sobre la piel,la nieve (80%), la arena (25%) y el agua o la hierba (10%)).

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En base a lo expuesto previamente se desprenden las siguientes recomendaciones:

-Evitar la exposición solar entre las 12 y las 16 horas (oficiales).

-Los fotoprotectores se deben utilizar incluso en días nublados.

-El agua, la hierba, la arena y la nieve reflejan los rayos solares, aumentando los efectos de las radiaciones sobre la piel, por lo que hay que utilizar fotoprotectores más altos.

-Evitar largas exposiciones al sol.

-No utilizar perfumes, desodorantes u otros cosméticos ya que, con la exposición al sol, producen hiperpigmentación de la piel.

-Proteger la piel con ropa y la cabeza con un sombrero.

-Hay medicamentos y productos cosméticos que producen en la piel una reacción de fotosensibilidad por la exposición solar.

-En casos especiales: embarazo, patologías cutáneas, trabajadores al aire libre, individuos con antecedentes familiares de cáncer y fototipos muy bajos I y II, aplicar productos de alta protección o evitar tomar el sol.

-Extremar las medidas protectoras en cualquier actividad al aire libre.

-Vigilar los cambios de color, forma o tamaño de pecas o lunares. Consultar al especialista.

-Proteger los ojos con gafas de sol que lleven protección 100% UV (azul del visible). No utilizar protectores solares abiertos desde el año anterior.

Modo de empleo del fotoprotector: Utilizar el fotoprotector adecuado para cada tipo de piel o zona del cuerpo (crema, spray, leche o gel), fototipo, edad y circunstancias de exposición, aplicar el protector solar en forma generosa sobre la piel seca, media hora antes de la exposición al sol, renovar la aplicación a las 2 horas y después de cada baño, extremar las precauciones en las partes del cuerpo más sensibles al sol: cara, cuello, calva, hombros, escote, orejas, manos y empeines. La protección de los labios se debe hacer con lápices o barras fotoprotectoras, y la del cabello con productos específicos.

Respecto de los cuidados en la infancia, Nose debe exponeralsolaniñosmenoresde3años, protegerlesconropa,gorra,gafasyprotectores solaresdealtosíndices,especialesparaniños yresistentesalagua, utilizarfotoprotectoresinclusoenlasombra yentodaslasactividadesalairelibre, hacerlesbeberaguaconfrecuencia.

“Cuidar la piel es cuidar la salud” y hay que comenzar a hacerlo desde la infancia, en forma permanente y con productos de eficacia y calidad comprobada.

 


Mara L. Ivanov      MP 113919                                                                          

Jefe de Unidad de Diagnóstico y Tratamiento            

Servicio de Dermatología                                                    

HIEA y C San Juan de Dios de La Plata          

Presidente de la Sociedad de Dermatología de La Plata